Bocantonio andaba muy tranquilito
comiendo su pan de muerto
remojado en chocolatito,
pero esto no fue un acierto
pues se pasaba de calientito.
Y es que tenía un afta,
una grande y dolorosa
que ni con limón, se alivió la cosa
y con vinagre se hizo peligrosa.
¡Ay dolor no te pases!
Que me lleve la calaca
sacaré todos mis ases
y mejor me pongo Kank-a®.
Ya mejor vete querida flaca
hoy no le toca a esta boquita
pues una vez más gracias a Kank-a®
el alivio está cerquita.