Entérate de como Antonio torturó tanto a su boca que sin darse cuenta se volvió una relación tóxica.
Esta es una historia digna para un programa, porque quiero contarles como me di cuenta de que estaba siendo tóxico con mi boca y no lo sabía. Todas las señales estaban ahí y yo me negaba a verlas. Story time.
Bueno, mi boca siempre ha estado conmigo en todo momento: canta conmigo, se le declaró a mi chica con las palabras más bonitas, disfrutamos comida deliciosa, le chifla a mi equipo en el estadio, canta cuando hacemos el “quehacer”. Yo no he sabido estar ahí para ella, la traté mal, pero nunca fue intencional porque siempre pensé qué así es como se hacían las cosas.
Un día me salió un afta e hice lo que hacía mi abuelita; me tallé con un limón y mucho bicarbonato, dolió, pero me dije “hay que aguantar”. Obvio no se me quitó y mi boca me hizo la ley del hielo.
Seguí tratando de quitarme el afta con un remedio que leí un día en una revista, hacer buches de vinagre, ¿cómo pude hacer semejante cosa?, ¿tenía complejo de ensalada?, ¿quería ser un encurtido? Pero bueno ahí voy a darle un sorbo y de inmediato mi boca lo escupió y ahí estaba yo frente al espejo todo mojado de vinagre, viéndome fijamente y me di cuenta. “Soy de lo peor, un tóxico con mi boquita hermosa”.
Quería cambiar y le puse un poquito de hielo al afta pero no ayudó, mi boca seguía sin hablarme y yo tenía un examen oral de inglés. Ya había dado todo por perdido hasta que mi novia llegó con un Kank-a®, lo apliqué y empecé a sentir alivio.
Y es que Kank-a® es un anestésico y antiséptico bucal, que alivia el dolor causado por las aftas y lesiones bucales, después de eso mi boca volvió a ser la misma de antes, presenté mi examen y dejé de ser un tóxico con mi boca, renuncié a los remedios caseros.
Aprende de mí y tú no seas un tóxico.
#AftaAquíLlegaste y di